Durante estas últimas semanas los escándalos se han ido encadenando de forma preocupante. Directores y consejeros de banca con usura desmedida sin escrúpulos y estafadores, políticos corruptos, medidas sociales escandalosas, la prima de riesgo por la estratosfera, rescates multimillonarios para los responsables del desastre, promesas electorales incumplidas… y siempre, kilos y kilos de mentiras para el pueblo.
El agujero financiero que ha dejado Bankia es totalmente insultante, aunque tengo que ser honesta y decir que a mí todo esto no me ha sorprendido en absoluto. Soy valenciana y llevamos años y años siendo víctimas de los ladrones de traje y corbata (votados, para más inri, por los valencianos) , que son los peores, porque su «hambre» es simplemente de poder y dinero. No me preguntéis por qué la gente les sigue votando, porque ese misterio, para mí, es más grande que el de la existencia o no, de vida extraterrestre. Sin embargo, dada mi experiencia, tengo fuerza moral para recordar al actual gobierno del país (que parece tener amnesia), que Valencia y Madrid son dos comunidades gobernadas por su partido y que Caja Madrid y Bancaja, han estado desde tiempo inmemorial dirigidas por políticos puestos por ellos al frente de dichas entidades. Y ya sabéis «dime con quién andas y te diré quién eres»
Y por si todo esto fuera poco (yo alucino en colores), premian a quienes han gestionado los desastres, como Rodrigo Rato y Aurelio Izquierdo, entre otros. ¡¡No quiero ni imaginar la pasta que les hubieran dado si llegan a hacerlo bien!!
Pero la cosa no acaba ahí. Lío con Fernández Ordóñez , Gobernador del Banco de España hasta hace unos días, al que le dicen «hala, vete, pero di que dimites» y la culpa de todo tuya por no haber estado al tanto de Bankia. Es el único que ha dicho que le gustaría hablar, pero la mordaza del gobierno no se lo permite. Y lío con Carlos Divar, presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, que parece no distinguir bien entre sus quehaceres de trabajo y los personales, y lo que es peor, entre su bolsillo y el nuestro a la hora de gastar.
Y, mientras se habla de cifras que marean, mientras se ríen de nosotros, mientras se llevan la pasta tranquilamente… medidas y más medidas que empobrecen al pueblo cada día más. Miles de familias desahuciadas por los mismos bancos a los que ahora vamos a salvar, millones de parados, largas colas en los comedores sociales y vidas destrozadas que parecen no importar a ningún dirigente.
Y yo no puedo dejar de preguntarme: ¿Nadie es responsable? ¿Nadie va a dar explicaciones? ¿Nadie va a pagar por lo que han hecho? ¿Dónde está el pueblo? ¿Por qué agacha la cabeza? Me enciende que el pueblo no reaccione y, en su mayor parte, simplemente trague. El 12m eché de menos a millones de personas. No se trata de partidos de uno u otro color, se trata de una situación que va a dejar muchos cadáveres en el camino (casi me atrevo a decir, literalmente) y no precisamente los de quienes han sido responsables y se mofan de nosotros. Deberíamos estar en la calle y alzar la voz. Luchar para que nos tengan en cuenta, porque los políticos los pagamos nosotros y no son nada sin el pueblo. !Tengo que reconocer que me hierve la sangre al ver tanta injusticia y pasividad!
Entre las cosas que los políticos no recuerdan, está el que la democracia no significa te voto y tú haces lo que te sale del pirri, que parece que es eso lo que piensan, y que si no me pillas, aquí no ha pasado nada. En absoluto es así. La Democracia conlleva también responsabilidades y explicaciones, algo que casi siempre se niegan a dar y que en la situación actual todavía es más duro no oírlas, porque el dinero que han robado, despilfarrado y utilizado en su propio beneficio, personal y político , no es de ellos, es de todos los ciudadanos.
Y como reza el cartel, nadie dijo que fuera fácil cambiar el mundo, pero si nos unimos todos, ¡¡PODEMOS!!
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