Entiendo que la gente esté insatisfecha, entiendo que haya surgido un movimiento de indignados, pero lo que no entiendo, por más vueltas que le doy, es que haya una sola persona del pueblo llano que no se eche a la calle para decir ¡basta!
Este pueblo soberano e inteligente (a los políticos se les llena la boca de repetirlo, aunque creo que en el fondo piensan todo lo contrario), para mí es también un pueblo que, en general, habla mucho, pero pierde la fuerza por la boca y, sobre todo, que sólo tiene memoria a corto plazo. Tan a corto plazo que cualquier noticia que deja de salir en televisión, ya no existe.
Hace tan sólo diez o doce días, por poner uno de los ejemplos más recientes, desayunábamos con la noticia de que tres altos cargos de Nova Caixa Galicia, (una de las cajas intervenidas por el estado), se iban de la entidad con indemnizaciones multimillonarias como premio a su fascinante trayectoria laboral dentro de dicha entidad. ¿O no era por eso? ¡Ah!, no, perdón, que las indemnizaciones son por haber hundido Nova Caixa Galicia con su gestión. A ver, no seamos injustos, que ese dinero está muy bien gastado o ¿es qué va a ser más importante que coma la gente que no tiene casa ni trabajo? ¡Venga, hombre!. Es comprensible que se les haya premiado, porque hay que ser muy inhumano para no entender que ya bastante pena tienen los pobrecitos con saber que son unos ineptos, como para no darles algo de dinerito para consolarlos. ¿Qué ese dinero lo paga el pueblo? ¡Y qué!
Total ha sido una minucia: Al ex-director, 10.800.000 €, al ex-director adjunto, 5.300.000 € (la mitad, que para eso es el adjunto) y, por último, al responsable del grupo inmobiliario, 7.500.000 €. Pues bien, ya no se habla de ello. El interés y la exaltación es cuestión de un día o dos. ¡Estos tíos que se han ido con los bolsillos repletos y todos los mangantes «legales» de la nación, deben que estar revolcándose de la risa al pensar lo fácil que es burlarse del pueblo!
Y eso mismo deben haber pensado Los 5 ex-directivos de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, cuya gestión al frente de la CAM ha sido tan brillante como la de sus compañeros de Nova caixa Galicia, ya que esforzándose mucho, que hay que ganarse el sueldo, han conseguido ponerla al borde de la quiebra. Pero eso sí, estos se han ido con una cantidad mucho más «modesta»: 14.000.000 €, a repartir entre cinco. ¡¡Pero que pedazo de morro tienen todos!! A juzgar por los resultados, hay comunidades, sin ir más lejos la mía (Comunidad Valenciana), que no premian la labor responsable y bien hecha, sino todo lo contrario.
La derecha dice que es culpa del Banco de España por no controlar las gestiones de ambas cajas; la izquierda, que la culpa es de los responsables de la comunidad a la que pertenecen. Yo no sé de quién es la culpa, pero no olvido que los altos cargos de las cajas los designan los políticos de cada una de las comunidades y, digo yo, que algo de responsabilidad tendrán. Quizá si los políticos hubieran confiado esos puestos de responsabilidad a personas honestas y preparadas para el cargo, las cosas no hubieran terminado así. Pero… «dime con quién andas y te diré quién eres».
Y como guinda del pastel, número uno en el TOP DE LOS MANGANTES, la ex-directora de la CAM, María Dolores Amorós, a quién la Fiscalía Anticorrupción está investigando tras ser destituida el pasado 28 de septiembre al conocerse alguna de sus gestiones en la entidad. La insigne María Dolores se había puesto un sueldecillo de 600.000 € al año y como eso no alcanza ni para comprarse un bolso, se había autoasignado una pensión vitalicia de 375.000 € anuales. Para los que somos antiguos, redondeando, al año CIEN MILLONES DE PESETAS , de sueldo y SESENTA Y DOS MILLONES, de pensión vitalicia. ¡Vamos, para cuatro cafés!
Y, para más inri, todos ellos, los de la CAM y los de Nova Caixa Galicia, han estado dirigiendo y esquilmando entidades en cuyo logotipo figura la frase OBRA SOCIAL. ¿De verdad no se te retuercen los intestinos ante tanta desfachatez?
Yo no soy ni política, ni economista, pero sí soy una persona del pueblo y pertenezco a ese sector de la población que, decididamente, no va a permitir que los políticos se rían más de nosotros, independientemente del color que tengan.
Buen artículo Susana, me quedo con esto:
«Yo no soy ni política, ni economista, pero sí soy una persona del pueblo y pertenezco a ese sector de la población que, decididamente, no va a permitir que los políticos se rían más de nosotros, independientemente del color que tengan.»
Yo también pertenezco a este sector y voy a repartir gafas de ver estas injusticias… porque creo que hay gente que no quiere saber… que no quiere ver… pero está cerca el tiempo que todos van a ver… con otra conciencia.
Abrazo
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