No resulta extraño, porque a lo largo de la historia siempre ha sido así, que la iglesia católica se alíe con el poder y haga ostentación de él, pero en esta ocasión, con la visita del Papa a Madrid en un momento en el que el planeta se tambalea económicamente y miles de personas mueren cada segundo de hambre, aún parece más reprobable. Empresas de alto nivel económico, (entre ellas esos bancos que generan millones de euros en ganancias y que se mantienen impertérritos ante el hecho de que familias que han perdido su empleo pierdan sus casas), no dudan a la hora de donar parte de ese capital a su iglesia. Es posible que este gesto de generosidad nazca desde su fe más absoluta, pero también es posible que tenga algo que ver el hecho de que podrán desgravarse todo lo donado, por haberse declarado este acontecimiento de “extraordinario interés público”. Evidentemente, que millones de personas mueran de hambre, ni es “extraordinario”, ni es de “interés público”, así que sus conciencias no tienen porque perturbarse en absoluto.
Mes: agosto 2011
El Bulli y La Cocina Experimental
La cocina experimental siempre me ha parecido una tontería pero, tras el cierre del restaurante El Bulli y escuchando atentamente los argumentos de quienes lloran su pérdida, he comprendido que la necia era yo. Esos grandes platos con diminutas porciones tan finas, tan bien elaboradas, tan exquisitamente presentadas… ¿Cómo he podido pensar yo, inculta mortal de a pié, que era comida para panolis? La labor de su máximo exponente, Ferrán Adriá, es tan destacable que la revista Times lo incluye entre los 100 hombres más influyentes del mundo. ¡Y yo cuestionando el invento!
Tengo que reconocer que, al principio, mis tres únicas neuronas bailaban en mi cerebro dándose golpes contra el muro de mi ignorancia, pero es porque no estaba documentada. Ahora sé, por boca de quienes han tenido el privilegio de comer en El Bulli, que hacerlo es “una experiencia sensorial e inolvidable”. Dada la grandeza de esas creaciones de alta cocina, cuya degustación parece ser que sólo es comparable a un orgasmo, me pregunto: ¿Cómo ha podido la humanidad vivir sin Espumas de Humo, Aceitunas Escenificadas y Piruletas de Azafrán y Pistacho?. ¡Al cuerno la paella, el cocido y la tortilla de patatas!